La fermentación maloláctica en barrica es un proceso enológico que transforma el ácido málico del vino en ácido láctico dentro de la barrica de roble, en lugar de en un depósito. Este método es muy valorado en la elaboración de vinos de alta gama, especialmente tintos y algunos blancos fermentados en madera. La maloláctica puede ocurrir de forma espontánea o ser inducida por el enólogo.
¿Cómo funciona?
- Conversión de ácido: Bacterias lácticas (principalmente Oenococcus oeni) convierten el ácido málico, de sabor más intenso y ácido (similar al de la manzana verde), en el más suave ácido láctico (similar al del yogur).
- Acción de las bacterias: Estas bacterias pueden estar presentes de forma natural en la bodega y en las barricas, o pueden ser inoculadas por el bodeguero para garantizar el proceso.
- Condiciones necesarias: Las bacterias necesitan una temperatura adecuada (entre 16 y 21 °C), un pH favorable y poco oxígeno para trabajar eficazmente.
- Proceso más lento: La maloláctica en barrica es generalmente más lenta que la que se realiza en depósitos de acero inoxidable, lo que permite una integración gradual de los componentes.
Ventajas
- Mejora del perfil aromático y gustativo: La fermentación maloláctica en barrica ayuda a la integración de los aromas del roble con el vino.
- Mayor complejidad: Enriquece el vino con notas de mantequilla, frutos secos y especias, además de hacerlo más redondo y complejo en boca.
- Aumento de volumen y untuosidad: La barrica promueve la acumulación de polisacáridos (procedentes de las lías), lo que incrementa la sensación de volumen y suavidad en la boca.
- Estabilización microbiológica: Una vez completada, el riesgo de que la fermentación se produzca de manera indeseada en la botella desaparece, lo que aporta estabilidad.
- Mayor estabilidad de color: El proceso en barrica favorece una mejor fijación del color en los vinos tintos, lo que deriva en una menor pérdida de materia colorante.
Inconvenientes
- Riesgo de contaminación: El entorno de la barrica es difícil de controlar, lo que aumenta el riesgo de que bacterias indeseadas se desarrollen y produzcan compuestos volátiles defectuosos.
- Control complejo: El seguimiento y control de la fermentación maloláctica en barrica es más complicado que en depósitos de acero, donde la temperatura y las condiciones son más fáciles de monitorizar.
- Contaminación de la barrica: La barrica utilizada quedará con un residuo de bacterias lácticas, lo que puede ser un problema si luego se desea fermentar en ella un vino que no deba realizar la maloláctica.
- Más costoso: Este proceso, especialmente en bodegas que gestionan muchas barricas individualmente, implica un mayor coste y mano de obra.
Diferencia con la maloláctica en depósito
La principal diferencia reside en el recipiente y sus efectos:
La principal diferencia reside en el recipiente y sus efectos:
- Control vs. integración: Mientras que en los depósitos el enólogo tiene un control más preciso de la temperatura y las condiciones, la barrica ofrece una microoxigenación y una interacción con la madera que aportan mayor complejidad.
- Perfil sensorial: Los vinos con maloláctica en barrica tienden a tener un perfil sensorial más integrado y complejo, con notas de roble más armoniosas.
- Estabilidad: La maloláctica en depósito es más rápida y segura, minimizando los riesgos microbiológicos
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¡Hasta la próxima!


