El otoño en La Rioja no solo se vive en los viñedos, también se saborea en cada comida casera. Las hojas caen, el aire se llena de humedad y el aroma de los guisos empieza a subir de las cocinas. Es el momento perfecto para encender la chimenea, sentarte con tu familia y abrir una botella de vino que haga que todo tenga más sabor.
En Bodegas Amézola, cada vino cuenta su propia historia: desde la paciencia en la crianza hasta el cariño con el que lo servimos. Este otoño, queremos acompañarte en casa con maridajes que despiertan todos los sentidos.
🍄 Setas y vinos: un abrazo de bosque y fruta
Cuando los boletus, níscalos o champiñones se convierten en protagonistas del plato, un vino tinto de cuerpo medio y aromas a fruta madura y especias es el compañero ideal.
Nuestra recomendación: Viña Amézola Crianza. Su suavidad y matices afrutados realzan el sabor de las setas sin robarles protagonismo, creando un contraste cálido que recuerda a los paseos por los viñedos en otoño.
🍲 Guisos de temporada: tradición en cada sorbo
El otoño también trae guisos de cordero, patatas a la riojana o estofados que huelen a hogar. Para estos platos, un vino tinto con más cuerpo y notas de madera y cacao como Señorío de Amézola Reserva se convierte en el aliado perfecto. Cada sorbo se mezcla con los sabores de la olla, potenciando el sabor del plato y llenando la mesa de calidez.
🔥 Chimenea y copas: el ritual de la tarde
Y si lo que buscas es un momento de relax frente al fuego, un vino fresco pero elegante, con notas a frutos rojos y toques suaves de madera, hará que cada trago sea un abrazo. Este otoño, disfrutar de tu bodega en casa puede ser tan íntimo y familiar como una visita guiada a Bodegas Amézola.
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